Una reflexión de Belén Bajo sobre:
Amazonita
La amazonita es una microclina de un color verde azulado que se debe a una alta concentración de plomo.
Este mineral se ha utilizado especialmente en la fabricación de cerámicas y porcelanas. Para ello se procede a calentar la microclina a altas temperaturas y se funde hasta que toma una consistencia parecida a la del cemento.
Después se obtienen los esmaltes que permiten pintar sobre la cerámica. También se utiliza en la industria del vidrio, dado que al pulirla se consigue una preciosa superficie de color verde azulado.
Debido a su color, fue un mineral muy valorado por los antiguos egipcios, que lo tallaban en forma de joyas y adornos.
Estamos ante un personaje de precioso color cuyo nombre no da pistas sobre su origen. Sería lógico pensar que se extrae del río Amazonas pero durante años se ha buscado allí y no se ha encontrado; es posible que se llame así simplemente porque su verde azulado recuerda al color de las aguas del inmenso río americano. Al principio, solamente se tenía noticia de yacimientos cercanos a la ciudad Miass, en Rusia, aunque después se han encontrado también en zonas de Estados Unidos y Brasil.
Con estos datos, podríamos definir a esta piedra como un actor un tanto misterioso, que muestra su belleza pero oculta su historia. Prefiere que se le conozca por sus virtudes físicas y sus talentos y no por sus circunstancias.
“Estamos ante un personaje de precioso color cuyo nombre no da pistas sobre su origen.”
PREGUNTA
BELÉN BAJO
PREGUNTA
BELÉN BAJO
“Se establece un juego entre la forma y el color, una especie de geometría coloreada.”
PREGUNTA
BELÉN BAJO
El primer paso siempre es la elección de los materiales con los que voy a trabajar y después dejo que se vayan relacionando entre ellos. Es parte de la magia, permitir que aflore la personalidad de cada uno y encuentre su lugar en la joya.
La amazonita es la protagonista cuando acompaña a piedras más neutras, como el ónix o el nácar pero se mantiene en un segundo plano cuando está cerca de otras de gran personalidad como la malaquita.
En el anillo AKA la pieza de amazonita verde azulada se sitúa en la base. Sobre ella reposan otras láminas de plata, nácar y una más pequeña de malaquita. Parece algo así como una flor robótica de pétalos semicirculares. Todos los materiales se relacionan entre ellos, estableciendo un orden jerárquico que va de la malaquita al nácar; la amazonita ocupa el segundo puesto.
“El primer paso es la elección de los materiales con los que voy a trabajar y después dejo que se relacionen entre ellos.”
PREGUNTA
BELÉN BAJO
Tengo mucho cariño a dos, elaboradas con una amazonita en forma de puente de arco. Se trata de una talla muy especial porque, vista de frente, es bastante grande y llamativa pero su forma ergonómica se acopla al dedo y es muy cómoda de llevar.
Me gusta encontrar un equilibrio entre la parte estética y la funcional de las joyas porque son pequeños objetos cuya misión es doble: embellecer y acompañar. Las usamos para realzar nuestro aspecto y definir nuestra personalidad, más convencional o más arriesgada, pero han de ser silenciosas, cómodas y comportarse como buenas compañeras de día.
El anillo EMA tiene una placa circular de plata, una especie de pequeño guiño pop, que me recuerda un poco a los tejidos estampados de los años sesenta.
En el anillo ARA utilizo la misma talla de amazonita y la pieza circular de oro acoge a un pequeño topacio azul, engastado con varias garritas que lo sujetan. El brillo del oro contrasta con la piedra azul, que se refleja en su superficie como una pequeña esfera flotando en un lago.