amistades ígneas
Un día un niño vio a una estrella de mar asomarse a un volcán.
– Cuidado, le dijo. – Puede despertar…
– ¿Qué le falta?
Enseguida dibujó dos semicírculos a los lados de
la cara.
– Orejas para llevar sus pendientes de estrellitas
negras.
Sonrió satisfecha.
– Perdona, te he visto muchas veces comprando aquí y llevo tiempo pensando en hablar contigo. Antes, al verte entrar, me he decidido: “hoy hablo con ella y le digo que me encantan sus pendientes”.
La mujer que me sorprendió así desde la caja tres del supermercado, era algo más joven que yo y muy simpática. Recordé que trabajaba allí desde hacía tiempo pero nunca imaginé que ella me hubiera prestado atención. Mis amigos sonreían mientras metían la fruta dentro de una bolsa.
– ¿Son estrellas de mar, no? ¿De qué material están hechas?
– De lava
– ¿Lava volcánica? Curiosa mezcla, agua y fuego…
En ese momento decidí reproducir mis pendientes de estrellas en plata vermeil.
Pendientes de plata vermeil y lava
Asteroideos
Se conocen más de 1.900 especies de estrellas de mar. Su hábitat es siempre marino ya que mantienen, en un delicado equilibrio, sus fluidos corporales con la misma concentración de sal que el agua circundante. Su forma presenta una simetría pentarradial, única en el reino animal y pueden vivir entre 10 y 34 años. Existen registros fósiles de hace 485 millones de años. La cultura minoica trazó sus siluetas, como elemento decorativo, sobre sus objetos cerámicos.
Mar y lava
El encuentro de la lava con el agua del mar hace que esta se solidifique. En el fondo es una lucha primigenia entre dos fuerzas obligadas a reconciliarse: Hefesto y Poseidón. Dos argumentos amigos que se reconocen en su esencia. Aguardando, el mundo vegetal; el que conoce cómo dialogan lo áspero y lo leve, lo pesado y lo rítmico.